martes, 29 de abril de 2008

49 días

La verdad es que saber no supone entender y, eso me pasó a mi. Cumplí los seis años por tercera vez y supe, pero me temo que no entendí, planteé una estrategia perfecta. Con seis años supe como sería el resto de mi vida. Te ahorraré los detalles, permíteme que te tutee, no puedo verte, pero intuyo que estás ahí.

A los veintitres años era inmensamente rico y a los treinta y cinco muy infeliz, supe pero no entendí, no fuí donde debí ir y no conocí a quien debí conocer y como resultado de todo ello mi familia dos veces amada no apareció en mi vida. Mis hijos, mi esposa, que en mis dos vidas anteriores se convirtieron el la razón perfecta para estar vivo, no estuvieron ahí, nunca besé los labios de mi mujer, no sentí su mirada sobre mí mientras leía un libro, pese a que lo intenté con todas mis fuerzas. Mis hijos no nacieron nunca, no cambié sus pañales, no acuné sus sueños, no vi nunca sus sonrisas y eso me hizo tan desgraciado que a los cuarenta y tres años intenté suicidarme.
Pese a tener todo el poder del mundo en mi cabeza ni siquiera fuí capaz de hacer eso. Tenía una fuente de poder ilimitada, la información y no me sirvió de mucho. Aunque después de intentarlo un par de veces con idéntico resultado si supe algo, viviría sesenta y cuatro años y una semana. Triste no? sabía la fecha exacta de mi muerte pero no como ser normal y feliz. Tal vez te consuele, hice el amor con las mujeres mas bellas que encontré, a mi no lo hace, la mujer que amaba estuvo a punto de conseguir una orden de alejamiento y su marido, un cabrón grande como un poste de telégrafos me dió una paliza por acosarla. ¡Acosarla! Joder era mi esposa, la madre de mis hijos, sabía las cosas que amaba y odiaba, seguramente mejor que él. Por lo menos no tenían hijos, algo es algo, de ahí nació otra certeza, si realmente los seres humanos somos energia, la combinación de varias energias mas bien, no podemos cambiar ser lo que somos, una parte diminuta de un todo mayor, mis hijos habían nacido de la unión de dos energias en un mundo anterior, una etapa anterior o lo que sea, es decir si todo no transcurre como está escrito se rompe el hilo, no me preguntes como o por qué, eso lo desconozco. Pero tal sea cierto que alguien reparte las cartas y estan marcadas, si haces trampas, nadie gana la partida

lunes, 28 de abril de 2008

cuarta vida

A veces me pregunto todavía si es real, es en esos momentos en que ni estoy dormido ni despierto, acude a mi mente un pensamiento y a mis labios una sonrisa, mañana despertaré y entonces todo será normal. Pero no, despierto y todo está ahí, ni bueno ni malo, ni mejor ni peor, pero eso si, real. Entonces desaparece la sonrisa y vuelve la pregunta. Por que a mi? o mejor dicho, soy el único?, o la gente sencillamente no habla de ello?
Hay días que es mas duro que otros, a estas alturas la verdad es que la constante es el aburrimiento, estoy cansado, muy cansado.
Ups, estoy hablando solo otra vez. O no? Suponiendo que no, suponiendo que me estés leyendo será mejor que te cuente quién soy y lo mas importante, que te explique como he llegado hasta aquí. Es rápido de contar, no tanto de entender (por lo menos para mi).

Esta es mi cuarta vida. Ves como era rápido.
He vivido cuatro veces la misma vida, nada místico ni por asomo, solamente he vivido cuatro veces lo mismo. Ni reencarnaciones ni cosas raras, el mismo aspecto físico, la misma estupidez intrínseca. Claro, han cambiado cosas desde la primera vez, pero a grandes rasgos han sido muy parecidas, vale, te cuento todo esto.

Ahora tengo sesenta y tres años con lo cual he vivido tres vidas de sesenta y cuatro años y una de sesenta y tres. Mis tres primeras vidas duraron exactamente lo mismo, hasta el último segundo, sesenta y cuatro años y una semana. Es decir llevo vividos noventa y tres mil quinientos cuatro días y si todo va como siempre, mañana me quedarán cuarenta y nueve dias. Lo realmente extraño es que no haya sido capaz de cambiar eso y, lo he intentando, que conste. Bueno, comenzaré por el principio. Mi primera vida fue muy normal, nací como todo el mundo (las otras tres veces también nací, claro), fui niño, después un adolescente normal, me convertí en adulto, disfruté la vida en mayor o menor medida y después morí. Tal cual. La siguiente vez volví a nacer, como suena, no era consciente de ello claro, pero cuando cumplí los seis años, todo era un dejà vú. En realidad recordaba hasta las comas de mi vida anterior, pero como todo hombre que se precie volví a lucir las mismas heridas externas que en la primera vida, me dí los mismos golpes con la bicicleta, volví a besar a la misma chica por primera vez aún sabiendo que el tortazo estaba garantizado, por qué? pues por que creí que lo imaginaba, que no era mas que una portentosa imaginación. Algunos detalles los recordaba vagamente, pero otros estaban grabados a fuego, el nacimiento de mis hijos, la primera vez que hice el amor, cuando estrellé el coche de mi suegro, cosas que debieron hacerme pensar mas de lo que lo hice. Pero no fue así, soy un hombre al fin y al cabo, reflexión y hombre no son palabras que se usen demasiado en la misma frase, pero en realidad no fue tan malo, tan solo era eso, ¡vaya montón de coincidencias!. Pero todo cambió con la tercera, ahora todo era nítido y claro, por tercera vez. Ahora si tenía la posibilidad de cambiar cosas, no era algo que tenía la sensación de haber visto ya, ¡lo había vivido de verdad!, había vivido lo mismo durante el mismo espacio de tiempo y podía controlarlo, o así creía yo.